BUNNY LAKE IS MISSING (1965)
El común de los directores de cine, sin importar si pertenecen al período clásico o no, alcanzan en su filmografía un momento de esplendor que lentamente se va apagando. Por lo general este decrecimiento se hace presente hacia el final de sus vidas corriendo así el riesgo de no ser recordados por lo genial de su obra anterior y si por lo penoso de la última etapa. En ese contexto, Otto Preminger, tal vez Clint Eastwood, son algunas de las pocas excepciones que encontramos a esta regla
Bunny Lake es una de las últimas películas de este gran realizador que supo ser uno de los bastiones más polémicos y contestatarios del Hollywood clásico desde el interior de la maquinaria de los estudios. Con un ambiente claustrofóbico, paranoico y oscuro, esta obra se eleva como una de las mejores expresiones del cine psicológico. La trama está centrada en una pareja de hermanos (hombre-Stephen Lake- y mujer-Ann Lake) que van de Norteamérica a Inglaterra para iniciar una nueva vida. Poco sabemos del pasado de estos personajes, que por omisión polémica parecen estar escapando de algo que el espectador desconoce. Luego de una inquietante secuencia de títulos, diseñada por Saúl Bass, donde se ven grietas en el empapelado de las paredes de una casa (Preminger trabaja esta idea como si la familia protagónica fuera un rompecabezas al que le faltan piezas que no se perdieron sino que han sido arrancadas a propósito) pasamos a los primeros planos de la película, rodados magistralmente con una cámara movediza que se independiza de los actores revelando la presencia de un director detrás. Esta elección en la puesta de cámara muestra a un hombre- Stepehen - cerrando todas las puertas y ventanas de una casa vacía. Esta es la forma visual que utiliza Preminger para mostrar el aislamiento y el control que ejerce el hermano mayor sobre su hermana menor. Más tarde la chica - Ann Lake- lleva a su hija (nunca vemos a la pequeña) a un jardín de infantes en su primer día de clases. Cuando a la tarde la madre va a recogerla no la encuentra, nadie sabe nada de ella y lo más extraño aún, no hay persona en todo el Reino Unido que la haya visto. La pareja, luego de buscar desesperadamente hace la denuncia a la policía y comienza a sospechar de un secuestro. Una vez presente Scotland Yard, liderada por el detective Newhouse, todo girará alrededor de los interrogatorios a los sospechosos. Antes de seguir quisiera mencionar que no es casual el apellido del investigador si pensamos que Newhouse significa nueva casa en inglés ya que justamente será él el encargado de reconfigurar un nuevo hogar y por qué no una nueva familia para algunos de los personajes. La historia continúa con pequeñas revelaciones que se van dando a cuenta gotas y que hacen girar el argumento hacia la sospechosa conducta psicológica de Ann.
Este Thriller narrado con un nivel de suspense muy alto tiene elementos que nos recuerdan al mejor Roman Polanski. Aquí encontramos la desesperación de Frantic (1988) y la disociación de la realidad de Repulsión (1965). Pero lo que hace Otto es trasladar esa desorientación que desprenden los personajes al espectador generando un sentimiento de angustia pocas veces visto. El mundo de clase media inglés que sirve de marco para el relato es oscuro, melancólico y excesivamente sádico. La galería de desconocidos que desfila por el film refuerza esta idea de perversión y prejuicio que flota en el aire. Por un lado está el misterioso casero (cultor del Marqués de Sade), la dueña del jardín de Infantes (salida del ostracismo presente en What Ever Happened to Baby Jane? (1962) de Robert Aldrich) y el viejo que repara muñecas (otra de las metáforas, si pensamos en la muñeca como Bunny y el lugar que ocupa entre su madre hermano). Tal vez el único que se muestra normal es el detective interpretado magistralmente por un viejo zorro con mucho oficio, Laurence Olivier.
En definitiva, para Preminger las cosas no son lo que parecen. La madre (Carol Lynley) construida como una esquizofrénica termina no siéndolo mientras que el hermano (Keir Dullea) que parece ser el rey de la cordura muestra en el final una faceta que poco tiene que ver con lo racional.
Como curiosidades hay que decir que en el televisor de un pub se puede ver al grupo de rock The Zombies tocando la canción Just Out Of Reach y que la historia sirvió como argumento para una “falsa” remake titulada Flightplan (2005).
En su momento la película fue un fracaso comercial. Tuvo que pasar tiempo y mucho cine en el medio para que se le otorgara a Bunny Lake el reconocimiento que merecía.
Labels: PELICULAS