A veces a las obras maestras las anteceden trabajos de dudosa factura, y quizás de eso se trate confeccionar una verdadera pieza única. "Madigan" de Donald Siegel, podría ser la difícil película de ver antes de "Harry, el Sucio". Aquí, el director ensaya la fauna del policial moderno que aparecerá años después con vigancia hasta hoy en día. Richard Widmark, es un policía pre Harry, cuyo papel proviene de la serie homónima de televisión que se dió por esos años en los Estados Unidos. Un detective que trabaja en pareja, engaña a su mujer, se codea con lo más bajo de la mafia callejera, toma wiskhey y esta contra sus superiores. Pero el elemento clave es que los métodos que utiliza para hacer valer la ley son algo discutibles, si se los juzga desde una ética objetiva. Claro que Madigan no es el León de esta selva, ya que también es engañado por aquellos que lo rodean, y ese es el punto de identificación que hace que no nos genere rechazo. Quiero mucho al Eastwood actor, pero Widmark era mejor, sin embargo uno se pregunta por qué este film esta muy por debajo de la saga de Harry, y es porque Siegel no consiguió demasiado apoyo del estudio para la realización del film. Por eso la puesta no deja de ser televisiva, con mucho zoom, una banda sonora efectista, muchas escenas diurnas y pocas de acción. Como un zorro experimentado, Donald prefirió usar el dinero para tener un poco más de independencia y poder contar con Henry Fonda y Richard Widmark, además de tener la libertad para tocar temas como la corrupción policial impune, la infidelidad marital, sobre todo de la mujer para con el hombre y la homosexualidad. La diferencia es que lo hizo en una época controvertida, por eso vale ver Madigan
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