THE LONGEST YARD (1974)
Hasta aquí, si bien hemos visto demasiada acción no sabemos tanto del personaje. Una vez dentro del penal, descubrimos a Paul Crewe (Burt Reynolds) una ex estrella del Football Americano que termina en prisión por robar un vehículo, conducirlo ebrio y resistirse a la autoridad policial. Por si esto fuera poco, Aldrich nos revela dos datos aún más importantes en los que basará el conflicto principal de la trama: En primer lugar, el alcalde de la penitenciaría lo llevó a su penal para que dirija el equipo de football de los guardias y el segundo, que en su vida como jugador profesional, Paul, vendió puntos a favor de algunos apostadores en contra de su equipo.
El director construye su puesta en escena con los recursos que nos tiene acostumbrados como ser la independencia de la cámara en ciertas ocasiones y el característico perfil rudo de sus protagonistas. Pero a estos elementos les agrega las novedades formales de la época como la pantalla dividida o la música extradiegética proveniente de radios o tocadiscos. Un dato a destacar es el final en el que podemos divisar la figura de Reynolds recortado en un cuadro demarcado por la puerta del vestuario dentro del gran cuadro de márgenes dado por el fotograma. Es imposible no pensar en la obra de John Ford “The Searchers” y la mítica llegada de John Wayne a su casa después de la guerra. El plano es el mismo y la métafora no es inocente, pensemos en Burt que lleva en vez de un uniforme sureño uno de jugador de football americano, ambos son perdedores y su destino es incierto, sin embargo parece que en el recorrido encontraron lo que buscaban: su identidad. Como Wayne que luego de deambular errante por el desierto recupera a su sobrina Reynolds descubre que puede dejar su costado egoísta para ser solidario. Por eso deben volver al “vientre materno” para alcanzar finalmente la curación y renacer sin el odio que llevaban dentro.
La estructura narrativa utilizada para este relato, que tiene tópicos de comedia pero también de drama, es bipartita. El primer segmento nos muestra la vida cotidiana tras las rejas y la formación del equipo de football de presos que conducirá Crewe mientras que la segunda se basa exclusivamente en la contienda deportiva entre guardias y reclusos. Este hecho no es muy acertado ya que el film se torna un poco pesado hacia el final.
La década de 1970 fue para Aldrich su última como realizador activo pero a la vez una de las más prolíficas en cuanto a producción (realizó nueve películas) y calidad (algunas de ellas fueron “The Emperor of the North Pole” (1973) y “Hustle”(1975)). Es por eso que podemos afirmar que el período citado ha servido, sin ninguna duda de motivación a directores actuales como Quentin Tarantino o Robert Rodriguez para crear citas cinéfilas en sus actuales películas.
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