THE CARPETBAGGERS (1964)
Cuando Martin Scorsese decidió llevar a la pantalla grande la vida del increíble Howard Hughes el mundo del cine se sorprendió para bien porque parecía ser el tipo de proyecto que podía encausar la carrera del director neoyorkino. Ahora ustedes se preguntarán el por qué de breve esta introducción con Scorsese y “The Aviator” y es simplemente porque cuarenta años antes el talentoso Edward Dmytryk rodaba una cinta con el mismo tema. Esta película ha pasado realmente desapercibida en el transcurso del tiempo y lo que es aún más llamativo en aquel momento nadie la recordó para enriquecer las críticas de “The Aviator”. Pero el film se encuentra ahí y de manera intacta con un joven magnate que lleva el apellido de Cord en vez de Hughes pero que hace referencia a la misma personalidad. De carácter obsesivo y dominante, de modales extraños y en este caso cínicos Cord, interpretado por George Peppard, diseña y construye aviones y se dedica a la producción a de films en Hollywood. Si bien la obra de Martin Scorsese es más personal ésta no deja de ser menos interesante porque Dmytryk elige centrarse en los aspectos que para los cinéfilos pueden llegar a ser más atractivos de la vida del millonario. Aquí la historia no pasa tanto por la aviación sino que se encamina directamente como línea principal en el tema de hollywood y las películas. Esta elección nos permite descubrir el sistema de producción de films de la década de 1930, más precisamente la transición al sonoro a partir del personaje actuado por Peppard. Pero otro de los puntos centrales es la psicología perversa con la que se maneja nuestro protagonista, un hombre manipulador que es capaz de humillar a quienes lo aman y comprar con dinero a sus enemigos. Scorsese hacía hincapié en la locura de Hughes y cómo esta se apropiaba de él pero en Dmytryk esto se construye a partir de un niño caprichoso que nunca fue amado por sus padres. Este Peppard compone con lo que puede y con lo que sus limitaciones actorales le permiten. Seguramente este film hubiese tenido otra trascendencia si Dymytryck hubiera podido contar con otro elenco, y no es porque los elegidos son malos sino que no están a la altura de la circunstancia. George Peppard no puede ser un protagónico de esta categoría, Alan Ladd (hace de Nevada Smith) da signos de que este es su último trabajo ya que se lo ve claramente cansado y decaído, y quizás la única que podría estar realmente bien es Carroll Baker. Parece ser que en las actuaciones está la clave de que este film haya pasado sin pena ni gloria porque en cuánto al guión y la dirección se revela de forma impecable. Pero no me gustaría caerle solamente a los intérpretes sino que habría que también poner el ojo en el hecho de que los estudios ya estaban en decadencia y esta forma de producción tan fiel al decorado y al código clásico evidenciaba la necesidad inminente del cine moderno.
Con algunas curiosidades podemos destacar que Baker hace de la platinada blonda Jean Harlow y que el personaje de Nevada Smith fue objeto de una película homónima dirigida en 1966 por Henry Hataway actuada por Steve Mc Queen. “The Carpetbaggers” termina siendo una extensa película (150’) que se disfruta como una rareza que describe la época de oro del cine en un momento en el que ese resplandor dorado comenzaba a opacarse.
Labels: PELICULAS